¿Se puede morir de VIH en pleno 2025?
El caso de Eduardo Casanova está volviendo a abrir el melón del VIH en España, un tema que, por otro lado, nunca debería caer en el olvido. De hecho, tratarlo en sociedad ha hecho que la pregunta que planteamos en el título conlleve muchísimos menos disgustos que en el pasado. La investigación científica ha hecho que se pueda convivir con el virus del VIH, que sea casi intransmisible y que las personas que se contagian puedan llevar una vida relativamente normal.
¿Se puede morir de VIH en 2025? Sí, pero no por las mismas razones que antes ni con una tasa tan grande como en los años 80 y 90. De hecho, morir de VIH en la actualidad es algo poco común cuando la enfermedad se detecta a tiempo y se trata. Hace 30 o 40 años el VIH y el sida eran sinónimos de muerte, pero hoy en día está clasificada como una enfermedad crónica controlable.
Por supuesto, ese control pasa por dos factores vitales: una detección a tiempo y la toma del tratamiento de por vida. La medicina actual ha desarrollado antirretrovirales capaces de ofrecer una esperanza de vida similar a la de una persona sana, haciendo que morir de VIH, siempre que se siga el tratamiento, se convierta en algo anecdótico.
Aun así, morir por VIH es posible en pleno 2025, aunque no tanto por culpa de la medicina: más bien por una falta de recursos en ciertas regiones y una estigmatización de la enfermedad que banaliza las pruebas para su detección.

Morir de VIH en 2025 es posible, pero poco probable
La respuesta es clara: morir de VIH en pleno 2025 es poco probable siempre que se siga un tratamiento y la enfermedad se detecte a tiempo. Cumplir ambos requisitos te ofrece una vida relativamente normal, y la medicación actual lleva la carga vírica al mínimo, por lo que se vuelve prácticamente intransmisible.
Entonces, ¿por qué sigue habiendo muertes por VIH en pleno 2025? Los motivos son cuatro y en cada parte del mundo se concentran de forma diferente.
- Detección tardía. Muchas personas descubren que tienen VIH cuando su sistema inmunitario está gravemente debilitado, haciendo que el tratamiento no sea totalmente efectivo y que algunas enfermedades oportunistas relacionadas con el sida acaben ocasionando la muerte.
- Falta de acceso al tratamiento. En la mayoría de países desarrollados hay un buen acceso al tratamiento y su coste es anecdótico, pero en otros la cosa cambia. De hecho, no poder tomar la medicación correcta es uno de los motivos más recurrentes a la hora de morir de VIH.
- Abandono del tratamiento. Cuando un enfermo deja de tomar el tratamiento, el virus vuelve a multiplicarse, dando cabida a la llegada del sida si la interrupción es bastante prolongada.
- Estigmatización. El miedo a la sociedad es otro de los grandes motivos. No es un motivo directo, pero el rechazo a realizarse la prueba o acudir al médico y dar explicaciones hace que la detección se prolongue en el tiempo y pueda llegar demasiado tarde.