Haití agradece respaldo de la ONU y califica de "giro decisivo" la nueva misión contra pandillas

El representante permanente de Haití ante las Naciones Unidas, Emmanuel Fritz Longchamp, expresó este martes el agradecimiento de su país a los miembros del Consejo de Seguridad por la aprobación de la resolución 2793, que transforma la misión internacional en Haití en una fuerza de represión contra las pandillas.
Longchamp agradeció en particular a los copatrocinadores de la iniciativa, Estados Unidos y Panamá, así como al respaldo sostenido de la Comunidad del Caribe (CARICOM) y de los Estados que recientemente manifestaron su apoyo público a la causa haitiana.
Subrayó que la decisión del Consejo representa "un auténtico giro en la lucha que lleva a cabo Haití contra uno de los retos más acuciantes de su historia".
Una amenaza más allá de la capacidad nacional
El embajador describió la magnitud de la violencia ejercida por grupos armados en torno a Puerto Príncipe y otras zonas del país.
Señaló que las pandillas no son "pequeños delincuentes", sino "auténticas organizaciones criminales" que atacan instituciones, destruyen hospitales, queman escuelas y cárceles, controlan carreteras y extorsionan a negocios familiares, con efectos devastadores sobre la economía, la salud pública y el medioambiente.
Longchamp recordó que la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad, creada en 2023 por la resolución 2699 y renovada en 2024 con la 2751, logró fortalecer capacidades policiales y aportar cierto orden en zonas concretas, pero quedó limitada por falta de financiamiento y un mandato insuficiente para enfrentar la sofisticación de las pandillas.
Mandato ofensivo y llamado a la comunidad internacional
El diplomático agradeció especialmente a Kenia por asumir el liderazgo de la misión anterior "en un contexto especialmente difícil" y consideró que la nueva decisión del Consejo dota a Haití de "una misión con un mandato fortalecido, más ofensivo y operacional".
Explicó que la fuerza tendrá como objetivo neutralizar a las organizaciones armadas, desarmar a sus milicias, desmantelar sus redes, proteger infraestructuras vitales y restablecer la autoridad estatal en todo el territorio.
Pidió a la comunidad internacional aportar los medios, tropas y recursos necesarios para enfrentar una amenaza que, dijo, no es solo nacional, sino de seguridad internacional, con repercusiones en el tráfico de armas, drogas y en los flujos migratorios de la región.
Haití y la esperanza de la diáspora
Longchamp evocó la historia de Haití como miembro fundador de la ONU en 1945 y lamentó que, ocho décadas después, el país sea identificado como el más pobre y frágil del hemisferio occidental.
No obstante, afirmó que la resolución ofrece "esperanza de recuperar un país" tanto a los haitianos residentes como a la diáspora, integrada por cientos de miles de ciudadanos que anhelan regresar en condiciones de seguridad.
"En nombre de nuestro Gobierno y de nuestro pueblo, agradezco este apoyo que permitirá enfrentar la violencia armada y dar a Haití la oportunidad de retomar el camino hacia la estabilidad", concluyó.