Cáncer de mama: qué cuidados necesita tu piel

Cuando hablamos de cáncer, en lo que menos pensamos es en la piel, sin embargo, esta también se ve afectada. Por eso, aquí te ayudamos a saber, en caso de un diagnóstico de cáncer de mama, qué cuidados necesita tu piel.

Un diagnóstico de cáncer de mama o de cualquier otro tipo, es un golpe muy fuerte no sólo para quien lo padece, sino para sus seres queridos. Afortunadamente, los avances médicos nos permiten contar con diferentes tratamientos que ayudan a mejorar los pronósticos de los pacientes.

Sin embargo, estos tratamientos pueden tener efectos secundarios, algunos a nivel orgánico, como náuseas u otros malestares, pero también al exterior, como lo es la caída del cabello y resequedad, descamación u otros cambios en la piel. Lo bueno es que con los cuidados necesarios, pueden atenderse.

¿Cómo afectan a la piel los tratamientos contra el cáncer?
Los tratamientos para combatir el cáncer, pueden provocar cambios en la piel y uñas. Estos suelen ser leves, aunque en los trasplantes de células madres, terapia dirigida o inmunoterapia, pueden tornarse graves, por eso es importante pedir a tu equipo médico que te informe sobre todos estos efectos secundarios para estar prevenida, según informa el Intituto Nacional del Cáncer.

Los pacientes que recibe radioterapia, llegan a presentar resequedad, descamación, comezón, enrojecimiento u oscurecimiento de la piel en el sitio donde se dirige la radiación. Otros efectos, son la hinchazón o apariencia de quemadura de sol, así como llagas, estas deben atenderse, pues pueden volverse dolorosas e infecciosas.

Por otro lado, cuando el tratamiento consiste en quimioterapia, los cambios más comunes en la piel, son parecidos a la radioterapia: resequedad, comezón, enrojecimiento u oscurecimiento y descamación. Aunque también llega a haber erupciones leves o una mayor sensibilidad a los rayos solares, lo que lleva a que la piel se quema más rápido.

Ojo, es importante distinguir una reacción “natural” de una alergia a la quimioterapia. De presentarla, puedes manifestar erupción repentina o grave, ronchas o sensación de ardor.

Cuando el paciente recibe trasplantes de células madre, en ocasiones se puede dar la enfermedad de injerto contra huésped, que causa erupción, ampollas o engrosamiento. En el caso de la inmunoterapia, es clave estar atento a las erupciones extensas y de mayor molestia, así como aquellas en los ojos o boca.

Si bien es importante avisar al equipo médico todos las reacciones que presentes al tratamiento, en los casos leves, es posible aliviar los efectos en la piel, de hecho, existen cuidados básicos que es puedes seguir para proteger tu piel.

Cuidados de la piel en tratamientos contra el cáncer
De acuerdo al Grupo Hospitalario Quirón Salud, el paso más importante es mantener hidratada la piel, sin embargo, hay cuidados específicos que se pueden seguir en las diferentes zonas del cuerpo.

Piel de cuerpo y rostro
Es importante aplicar crema 1 o 2 veces al día, sin embargo, la recomendación es usar una emoliente en lugar de hidratante, ya que esta tratará la resequedad a fondo. Asimismo, es mejor elegir geles de baño o pastillas dermatológicas que no resequen la piel y no usar esponja o estropajo, simplemente aplicar el producto con las manos.

Finalmente, es importante bañarte con el agua a una temperatura templada

para evitar que el exceso de calor reseque e irrite la piel, lo mismo a la hora de secar o desmaquillar la piel, nunca se debe frotar.

Manos y pies
Al ser zonas muy afectadas, aplicar aceites como el de rosa mosqueta en las uñas, no cortar las cutículas ni eliminar las durezas al hacer el manicure o pedicure, así como el uso de zapatos amplios y cómodos, pueden ayudar.

¡Cuidado con el sol!
Ya que algunos tratamientos pueden provocar fotosensibilidad, es importante llevar a cabo medidas para prevenir las quemaduras solares o lesiones graves, incluso si pretendes estar en el sol un tiempo muy corto.

Para lograrlo, es importante reducir tu exposición al sol y proteger tu cuerpo con prendas ligeras, gorra y lentes de sol con protección contra rayos UV. Asimismo, no olvides usar protector solar diario, cuidando que sea hipoalergénico y sin perfumes, y reaplicando cada 2 horas.

Finalmente, es muy importante evitar aquellos tratamientos estéticos que irriten la piel, como lo es el caso de la depilación. Procura hacerlo lo menos posible, en especial si usas productos como rastrillos y cera, así evitarás irritar más tu piel.

Recuerda que si atraviesas por un tratamiento contra el cáncer, lo más importante es apoyarte en tu equipo médico para saber qué cuidados específicos tener de acuerdo a tu piel y los cambios que estás experimentando. Estas son medidas generales que te ayudarán a mantener hidratada y cuidada tu piel, pero nunca sustituirán los consejos médicos.