¿Cuáles son los principales errores refractivos que afectan a los niños y adolescentes?

Ya no es novedad ver a los niños usando mejor que uno los dispositivos electrónicos. Incluso algunos ya tienen los propios. Tal vez por moda, porque eso los ‘entretiene’ o porque los requieren para las labores escolares. Sin importar cuál sea la razón, los pequeños conviven de manera directa con estos aparatos que además de dañar su cerebro, también afectan la vista.

Entre las principales preocupaciones enfocadas en los niños y adolescentes están los errores refractivos. El tema del ojo seco queda en segundo plano, pero no es menos importante. Ambas cuestiones podrían alterar de forma permanente la vista de los menores.

Para hablar más sobre este tema hablamos con la Lic. Alejandra Basave Contreras. Ella es egresada de la Escuela Superior de Medicina del Instituto Politécnico Nacional. Durante algún tiempo fue docente en la carrera de Optometría y actualmente trabaja como Optometrista Contactóloga.

Si queremos saber qué son los errores refractivos, lo primero es entender que la refracción se origina cuando la luz cambia de dirección al pasar de un objeto a otro. La visión se da cuando los rayos son desviados al pasar por la córnea y el cristalino.

Al enfocarse la luz en la retina, ésta la transforma en impulsos eléctricos que se van directo al cerebro por el nervio óptico. Luego el cerebro interpreta esas señales y las convierte en las imágenes que observamos.

Si la forma del ojo evita que la luz se enfoque en la retina, ocurre el error refractivo. Puede deberse al tamaño del globo ocular o algún cambio que pueda tener la córnea; además del envejecimiento del cristalino.

El National Eye Institute señala que los errores más comunes de refracción pueden ocurrir a cualquier edad.

Los principales errores refractivos, comenta la Lic. Alejandra son:

Miopía. Los objetos cercanos se ven con claridad, pero los objetos lejanos se ven borrosos. En este caso, la luz se enfoca por delante de la retina, en lugar de hacerlo sobre ella.

Hipermetropía. También se le conoce como hiperopía. En este caso se observan mejor los objetos lejanos. La Lic. señala que posiblemente sea el principal problema en los niños.

Astigmatismo. Trastorno en donde el ojo no enfoca la luz de forma pareja sobre la retina. La luz queda en la parte posterior del ojo y las imágenes se ven alargadas o borrosas.

Algunas señales pueden ayudarnos a detectar que algo no anda bien con la vista. De ahí la importancia de prestar atención a los niños o adolescentes para atender a tiempo el problema.

Tener que entrecerrar los ojos para ver “bien”.

Fatiga visual.

Dolor de cabeza.

Esfuerzo adicional para mirar de cerca.

Frotar los ojos con frecuencia.

Tropiezos contínuos.

Adoptar posiciones ‘raras’ al ver la televisión (poner la cabeza de lado, por ejemplo).

Alejandra comenta que es importante revisar la visión de los menores, pues en muchos casos ellos ni siquiera saben ‘qué es ver bien’, pues toda su vida han visto de una manera específica.

Además, hay que considerar que en el caso de los menores, 80 % de su aprendizaje se da a través de lo que observan a su alrededor. Lo malo es que de no atenderse el problema de forma correcta, podría darse un diagnóstico erróneo; por ejemplo: déficit de atención.

La buena noticia es que en estos tiempos los niños ya pueden usar anteojos o lentes de contacto. Para que los lleven de la forma correcta, se les da una capacitación (a ellos y sus padres). Si el pequeño requiere alta graduación, los lentes de contacto pueden ayudarles a mejorar su visión sin dañar su autoestima. Incluso son más cómodos y les permiten llevar a cabo todas sus actividades.

Aunque los problemas de vista son en su mayoría de origen genético, en la actualidad, la miopía también tendría que ver con el uso constante de aparatos tecnológicos. ¿Por qué? Los ojos sufren un proceso de acomodación para ver la pantalla y si la acercamos demasiado, el ojo sufre un alargamiento.

Dentro de los errores refractivos y el uso constante de aparatos electrónicos, se puede incrementar el riesgo de ojo seco. De acuerdo a los expertos de Mayo Clinic, sucede cuando no hay suficiente lubricación en los ojos.

Ya era un problema existente pero se incrementó de forma exponencial debido al uso constante de los dispositivos electrónicos. Por ende, afecta por igual a los chicos y grandes. Mientras menos parpadeo haya, las lágrimas se evaporan más rápido debido al calor de la luz de los dispositivos electrónicos. Al estar tan concentrados en las actividades frente a la pantalla, olvidamos parpadear y eso origina cambios inflamatorios que derivan en ojo seco sintomático.

Regla 20-20-20

20 minutos de uso del dispositivo electrónico.

20 pies es la distancia a la que debes mirar para que tus ojos “descansen”.

20 segundos debes retirar la vista del aparato.

La experta señala que los niños pueden acudir al oftalmólogo desde los 3 o 4 años. Se usan cartillas con figuras para revisar su visión. Si no es posible llevarlos en ese momento, debe ser al inicio de la primera etapa escolar; es decir, antes de entrar a la primaria.

Para finalizar, Alejandra señala la importancia de cuidar los ojos de los rayos UV. Estos rayos no sólo dañan la piel, sino también la vista. Pueden causar fotoqueratitis (quemaduras en la córnea), degeneración macular, cáncer, pterigión (crecimiento en la parte blanca del ojo) o cataratas.

Al comprar lentes para el sol, lo mejor será invertir en algunos que tengan protección de rayos UV y una certificación. Recuerda que tanto tú como el menor deben usar los lentes dentro y fuera de casa, porque los rayos siempre están ahí.