Problemas gastrointestinales y en la piel por la mala calidad del agua de nuestro hogar

El agua es un elemento fundamental para nuestra vida e higiene. Sin embargo, cuando no tiene las condiciones adecuadas, puede causar mayores daños. Conoce los problemas gastrointestinales y en la piel por la mala calidad del agua de nuestro hogar.

Todos necesitamos agua para vivir, pero también para diferentes actividades de nuestro día a día, empezando por la higiene. La higiene personal es clave para mantenernos saludables. El simple hecho de lavarnos las manos, nos ayuda a prevenir diferentes enfermedades.

La Secretaría de Salud de México, señala que entre estas se encuentran las de tipo estomacales y respiratorias. Por lo tanto, es indispensable lavarnos las manos constantemente, en especial antes de preparar o ingerir alimentos, después de toser, estornudar, regresar de la calle, entre otros momentos importantes.

Sin embargo, el agua que usamos tanto para nuestro consumo como para nuestra higiene, debe de ser de buena calidad. Pero ¿cuándo fue la última vez que te preocupaste por la limpieza de tus tuberías o tinaco?

Problemas gastrointestinales y de la piel por la mala calidad del agua
La mayoría de nosotros cuenta con un tinaco en su azotea. Este gran tanque, sirve para almacenar agua de las tuberías para posteriormente abastecer nuestro hogar. Sin embargo, cuando no lavamos nuestros tinacos, podemos exponernos a diferentes enfermedades.

En un comunicado compartido por Rotoplas, el Dr. Arturo Peñaloza, especialista en Salud en el Trabajo y Maestro en Seguridad e Higiene Ocupacional, explica que un adecuado saneamiento hídrico garantiza el acceso a agua potable, fundamental para reducir riesgos como las enfermedades transmitidas por el agua o relacionadas con ella.

En contraste, al no lavar nuestros tinacos, nos ponemos en riesgo de enfermedades gastrointestinales y de la piel, pues esta agua también sale de la regadera y grifos, la cual ocupamos para el cuidado de la piel.

¿Qué enfermedades gastrointestinales provoca la mala calidad del agua?
Cuando no lavamos nuestro tinaco o consumimos agua no potable, nos ponemos en riesgo de diferentes problemas de salud. Entre estos, destacan las enfermedades gastrointestinales causadas por bacterias como cólera, tifoidea, salmonelosis, E. coli.

Asimismo, el agua puede contaminarse por virus como el rotavirus o la hepatitis A y parásitos como giardia lamblia, amebiasis, entre otros. En ese sentido, la Organización Mundial de la Salud, explica que la diarrea es la enfermedad más conocida relacionada con el consumo de agua contaminada.

Sin embargo, existe un peligro del que poco se habla: la esquistosomiasis, una enfermedad grave y crónica provocada por lombrices parasitarias contraídas por exposición a agua infestada, la cual afecta a casi 240 millones de personas en el mundo.

¿Qué problemas en la piel provoca la mala calidad del agua?
La piel está en constante contacto con el agua de nuestro hogar, pues no solo nos lavamos las manos, también nos bañamos con ella. Eso puede provocar desde obstrucción de poros, que derive en granitos, hasta infecciones.

El Seguro Social de Salud del Gobierno de Peru, el contacto con agua contaminada, aumenta las posibilidades de irritaciones en la piel e infecciones causadas por hongos, bacterias y parásitos.

Según dermatólogos, el permanente contacto con este tipo de agua, genera un riesgo alto de dermatitis de contacto, siendo los más vulnerables los niños y adultos mayores.

Si bien el riesgo es mayor en fuentes de agua contaminada producto de las lluvias e inundaciones, al no lavar nuestros tinacos, nos arriesgamos al crecimiento de bacterias y otros microorganismos que dañen nuestra piel.

¿Cada cuánto lavar mi tinaco para evitar daños a la salud?
La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), recomienda lavar y desinfectar los tinacos al menos cada 6 meses para prolongar su vida útil y protegernos de enfermedades causadas por gérmenes y bacterias que infectan el agua almacenada.

Limpiarlo es menos complicado de lo que parece. En primer lugar, si cuenta con una bomba, desconecta la energía eléctrica y retira el flotador y la varilla para poder acceder al contenedor. Continúa cerrando la válvula de alimentación de agua y posteriormente sigue estos pasos:

1. Vacía el tinaco echando el agua en una cubeta para después utilizarla para regar plantas, echarla al inodoro o lavar el patio.

2. Con una escoba limpia, talla el interior del tinaco, desde las paredes hasta el fondo, para que no quede ningún residuo.

3. Enjuaga con una cubeta de agua limpia (no la que sacaste previamente) y extráela.

4. Usa un trapo limpio para retirar todos los restos del fondo del tinaco hasta que consideres que está limpio.

5. Mezcla una tapa de cloro en un litro de agua y con un atomizador, rocíala en todas las paredes del tinaco. También debes desinfectar las botas que uses para entrar en el tinaco antes de introducirte. Ten cuidado de no rociar directamente a tu piel y usa cubrebocas para no inhalar los vapores.

6. Espera 30 minutos. Mientras, limpia la bomba y el flotador con un trapo limpio.

7. Instala la bomba y el flotador, insértalos, conecta el tinaco y llénalo. Listo.

Ahora que ya conoces los riesgos para tu salud gastrointestinal y tu piel por la mala calidad del agua y la falta de limpieza del tinaco, no olvides lavarlo 2 veces al año.

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