Rompen los esquemas las skaters

En el podio olímpico, tres chicas adolescentes (de 13, 13 y 16 años) con pesadas medallas de oro, plata y bronce en sus cuellos, celebraban la recompensa por ejecutar una serie de trucos con sus patinetas que muchos niños de su edad sólo pueden ver en Instagram.

Después de décadas de estar a la sombre del skateboarding masculino, el futuro de las mujeres en esta audaz disciplina luce más luminoso que nunca. Resta saber cuántas niñas estaban pendientes alrededor del mundo cuando la japonesa Momiji Nishiya le dio al país anfitrión de las Olimpiadas Tokio 2020 la medalla dorada en la modalidad de calle.

Pero alrededor del mundo, las chicas que quieran convencer a sus padres de que las dejen maniobrar patinetas pueden señalar a la niña de 13 años procedente de Osaka como la modelo olímpica de todo lo que el skateboarding puede ofrecer.

De pocas palabras -”estoy deleitada”, respondió para describirse-, Nishiya deja que su tabla hable por ella, trepándose por barandales más grandes que ella. Dijo que iba a celebrar pidiéndole a su madre que le cocine una cena de yakiniku, la barbacoa japonesa.

También pueden soñar con emular a la brasileña Rayssa Leal, también de 13 años, que se llevó la medalla de plata.

Tanto Nishiya como Leal se convirtieron en las medallistas más precoces de sus países. La medalla de bronce fue para la japonesa Funa Nakayama.

“Ahora podré convencer a todos mis amigos para que salgan a hacer skate por todas partes conmigo”, dijo Leal.

La brasileña captó por primera vez la atención del mundo del skate cuando, con siete años, difundió un vídeo en Instagram en el que intentó y aterrizó, haciendo un flip por tres escaleras, vestida con un traje con alas de ángel.

“El skateboarding es para todos”, dijo.

Pero eso no siempre fue así para las chicas, incluso para las 20 pioneras que compitieron por los barandas, rampas y cornisas del Parque Urbano Ariake en estos Juagos Olímpicos.

El elenco incluyó a la brasileña Leticia Bufoni, cuyo padre le partió en dos pedazos su patineta cuando era niña para impedirle que hiciera skate cuando tenía 10.

“Lloré por horas”, recordó. “Creía que las niñas no debían hacer skate porque no había visto a una mujer haciéndolo”.

Bufoni bromeó que convencer a su padre para que le dejase usar una tabla fue más difícil que conseguir la clasificación a Tokio.

“Quería ser esa niña que las pequeñitas pudieran mostrarle a sus padres, diciéndoles: ‘Ella puede hacer skate. Quiero ser como ella’ “, acotó Bufoni.

La canadiense Annie Guglia contó que nunca vio a otra niña patinar durante sus primeros dos años con una tabla de skate. Tenía 13 años cuando disputó su primera competencia. La misma no tenía una categoría femenina, así que los organizadores crearon una para ella.

“Y la gané, porque era la única”, dijo Guglia, de 30 años. “Hemos avanzando bastante desde entonces”.

Las skaters pronosticaron que los próximos Juegos de París 2024, las mujeres podrán derrochar más talento y trucos tras la experiencia de Tokio.

“Esto va a cambiar todo”, proclamó la estadounidense Mariah Durán. “Esto es como la apertura de al menos una puerta para que muchas skaters que van a decirle a sus papás que quieren empezar con el skate”.

“No me sorprendería que unas 500 chicas consigan una tabla hoy mismo”, añadió.

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